miércoles, 26 de junio de 2013

economía i dignidad humana

Últimamente se habla mucho sobre economía. Se nos dice que hay que ahorrar, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que tenemos que controlar el déficit y para ello hay que renunciar a lo que llamamos "estado del bienestar" que tanto nos ha costado construir y favorecer la iniciativa privada porque según dicen, es más eficiente económicamente hablando y cuesta menos de mantener. Según parece es mejor que un único señor o señora gestione la sanidad de un país o la educación de un estado, pero es esta afirmación real? se ajusta a la verdad?
 
Al parecer, la iniciativa privada, es más eficiente económicamente que lo que busca es el máximo beneficio económico, es decir, que minimiza los costes y multiplica las ganancias. El problema que veo aquí es que si viene esto es beneficioso para una empresa privada, no lo es tanto para campos como la sanidad o la educación. Pienso que en un hospital el que debe priorizar por encima del dinero es la salud de las personas, que acuden a él para poner remedio a la enfermedad que padece. En este sentido puedo afirmar y afirmo, que la misión de un hospital no es ganar dinero, sino curar a las personas y esto no es posible sin invertir en medios médicos; radiografías, tacos y todo tipo de pruebas que cuestan mil euros y que una empresa privada, con ánimo de lucro, no está dispuesto a invertir para que supondría perder dinero, y eso es contrario al espíritu de la iniciativa privada, que como hemos deducido, no es otro que ganar dinero. Sólo hay una forma de ganar dinero con un hospital; recortando costes en pruebas diagnósticas que permiten saber qué mal afecta al paciente y sacar dinero del servicio que se da; cobrando para curar, actitud contaría a la sanidad pública, que debe mirar por bienestar de las personas.
 
Este punto es importante, "mirar por el bienestar de las personas". Lo que aquí planteamos no es un simple tema de economía, sino de dignidad humana, lo que quiero hacer ver es que hay cosas más importantes que los billetes y eso más importante son las personas y su dignidad, el problema se puede resumir con la siguiente expresión; "economía vs dignidad humana".
 
El objetivo de la ciencia económica es gestionar unos recursos escasos y limitados como es el dinero, que como estamos hartos de oír, no crecen en los árboles. Es necesario gestionar de forma eficiente porque son limitados, si el dinero fueran ilimitados no tendría ningún sentido la economía, pues podríamos derrochar todo lo que quisiéramos, serían infinitos, nunca se acabarían. El dinero pero se gestionan con alguna finalidad, no tiene ningún sentido ahorrar para ahorrar; una persona ahorra con la vista puesta en alguna finalidad, ahorre para mi jubilación o para comprarme un artículo cualquiera, por tanto, los estados , también ahorran con alguna finalidad; mantener unos servicios públicos, pagar a los funcionarios, indemnizar a los ciudadanos en caso de catástrofe natural etc. Esto pienso que es algo de sentido común.
 
Lo que me impulsa a escribir este ensayo es que en tiempos modernos, esto que parece de sentido común no se da. En primer lugar, se privatizan servicios públicos, lo que como hemos visto es nefasta para la gente, en segundo lugar disminuye la inversión pública en servicios fundamentales y esto es justificado diciendo que hay que ahorrar. Aquí veo una contradicción y es que si el estado ahorra para garantizar los servicios públicos no tiene sentido recortar para mantenerlos. ¿Por qué ahorrar para mantener unos servicios que están siendo recortados? Pero lo que más me preocupa es que se esta ahorrando a costa de la gente, el dinero ha cobrado más importancia que las personas.
 
Aristóteles decía en su libro "Política", que la economía, debía estar al servicio de la política, entendiendo política como agrupación de personas que forman un estado. Lo que podemos inferir en primer lugar es que la economía, radica al servicio de las personas y no las personas al servicio de la economía. Por otro lado me gustaría sacar a la luz una famosa sentencia de Kant, el filósofo alemán decía que había que tratar a las personas como fines en sí mismo y no como los medios para conseguir otro fin, es decir, que lo prioritario son siempre las personas y no otra cosa, hay obrar en beneficio de los humanos y más importante, los gobiernos han de colocar a todas las personas en disposición de alcanzar la felicidad de un modo digno y justo. Entiendo que una persona sólo puede ser feliz si cuenta con unos niveles básico de bienestar, si cuenta con una buena salud, una buena educación y un sueldo que le permita vivir dignamente, pudiendo comer cinco veces al día y tener suficiente dinero para imprevistos, sólo así una persona puede ser feliz.
 
La economía, el dinero, tienen que estar al servicio de las personas, como decía Aristóteles y que el dinero no substituya a las personas como fines en sí mismo, que no se hagan políticas para beneficiar al dinero, no hacer políticas económicas, sino sociales, el objetivo de un gobierno es el de mirar por el bien de los ciudadanos no escatimando medios para que estos puedan vivir dignamente y alcanzar la felicidad por medio del bienestar. Es aquí donde entra el estado del bienestar. El estado del bienestar, no debe ser mantas por economía, para que permita sacar beneficios monetarios de él, sino porque garantiza la dignidad humana y esto es fundamental, no sólo para Kant sino para todos, a todos nos conviene. Por otro lado, la Declaración Mundial de los Derechos Humanos así lo dice, los derechos humanos se fundamentan en la dignidad humana, atentar contra ésta es atentar contra los derechos humanos y esto se puede considerar como crimen contra la humanidad.
 
Como conclusión me gustaría cerrar este texto con una sentencia de Rousseau: "el hombre a nacido libre y en todas partes está encadenado" así que no nos esclavizamos al dinero, el dinero ha de servirnos para asegurar darnos un buen nivel de vida, no debemos vivir para el dinero, no somos propiedad del dinero, el dinero nos pertenecen a nosotros, son objetos y los objetos no poseen, son poseídos.

sábado, 23 de marzo de 2013

Xenofóbia fallera

Los últimos días los valencianos y las valencianas, en especial los que viven en la propia ciudad de Valencia, hemos experimentado el sentimiento de nuestra fiesta grande, la fiesta de las Fallas.
 
Las fallas son la fiesta grande de la ciudad de Valencia y son un icono de nuestra cultura como puede ser el Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, los poemas de Ausiàs Marc o el Miguelete de la Seo. Las fiestas falleras nos han hecho famosos en todo el mundo y atraen visitantes de todas partes de España y también del extranjero. Estas son unas fiestas críticas que al igual que las comedias griegas de Aristófanes o los escritos de Luciano de Samosata, emplean la ironía para hacer critica social. Las fallas representan la voluntad popular y lo que la gente quiere que se termine; como la corrupción política u otros temas de rabiosa actualidad que incomodan a la opinión pública. Los monumentos emplean la caricatura para llevar a buen puerto su misión de sátira. Para intentar poner fin a lo que las figuras representan, el día 19 de Marzo, día de San José, por la noche, se les vota fuego, ahí es donde vemos representado el origen pagano de la fiesta fallera, es pagana la idea de que el fuego purifica y este espíritu puebla tanto la fiesta de las Fallas como las hogueras de San Juan o de San Antonino, se quema lo que se quiere eliminar, suprimir o ponerle fin.
 
En estas Fallas del año 2013, en la propia ciudad de Valencia se han producido unos incidentes en la noche de la cremà, la noche de San José cuando se queman los monumentos; una falla había representado algunos dioses hindúes y como es tradicional aquella noche del 19 de Marzo se le pretendía votar fuego y que las llamas devoraron los exóticos dioses representados. Tal cosa no ha pasado, el colectivo hindú de la ciudad del Turia, impidió que esto fuera lo que pasara, mediante protestas no del todo pacíficas, lograron detener las llamas y la falla se salvó de su destino de cenizas . Este acto del colectivo hindú ha provocado numerosas críticas contra la actitud de este grupo frente la fiesta acusándolos de intolerantes e inadaptados argumentando que al ser extranjeros lo que tenían que hacer es adaptarse y respetar nuestras costumbres, el problema, pero, es que parece que nosotros mismos no conocemos nuestra propia cultura, o eso o no somos tan tolerantes como nos gustaría pensar.
 
La fiesta de las Fallas es una tradición milenaria de raíz pagana, como se ha dicho anteriormente, y como también se ha dicho ya, los monumentos, se queman como símbolo, quemar un Ninot que representa al presidente corrupto de un gobierno, es, como quemar la corrupción de los políticos, así se da a conocer el malestar que provoca la corrupción. Se queman los muñecos con el deseo de que el próximo año, el que comienza el 19 de Marzo, (recordemos que para los romanos el año comenzaba en el mes de Marzo) esto no se vuelva a producir, que ese año esté falto de corrupción a las altas instancias de la vida política. Es este punto, el que ha podido alimentar la ira de los hindúes de los que hemos hablado. Quemar un dios o un conjunto de ellos, equivale a quemar una cultura, pues la cultura es un "Conjunto de los símbolos, valores, normas, modelos de organización, conocimientos, objetos, etc., Que constituyen la tradición, el patrimonio, la forma de vida, de una sociedad o de un pueblo. "(Diccionario de Estudios Catalanes) y en las fallas, quemar algo quiere decir que deseamos su desaparición. Es por todos conocido el universal antropológico de defender nuestro pueblo y nuestra familia, y en la práctica, atacar la cultura de un pueblo equivale a atacar a todo el conjunto de ese pueblo, y es por eso que la gente vota para defenderla, para defenderse. No podemos pretender atacar la religión de las personas, que no es más que una manifestación cultural, y que esa gente no se intente defender.
 
Así pues, antes de molestarnos por la actitud de esos indios, lo que deberíamos hacer es conocer mejor nuestras propias tradiciones y así, tal vez, nos demos cuenta de que algunos de nuestros actos pueden dar motivos más que justificados a otros colectivos humanos para reaccionar frente a esa cultura propia que no conocemos. Preguntémonos cómo reaccionaríamos nosotros, valencianos, si esos hindúes celebraron una fiesta que se quemará nuestra bandera o en la misma Geperudeta. Nuestra reacción en este caso, pienso yo que no sería muy diferente a la de ellos.